Miro mi reloj, son la 8:50, ya casi es hora, ya casi puedo huir. Hoy no quiero verla, pienso en tantas cosas, que realmente el mejor plan viene siendo este, huir.
Vuelvo y miro el pedazo de reloj que tengo, ahora dice que son las 8:51, me molesta bastante esto. Pienso y pienso pero el tiempo no avanza. Me desespero. No quiero que entienda que no quiero verla. Hoy es sábado una buena noche para huir.
Por fin salgo de mi reunión, no quiero mirar a ningún lado, quizás la encuentre, esto sería peor. Corro y la excusa de hoy, si alguien pregunta, será la del trafico, "claro el trafico es horroroso". Yo no pienso en nada, cualquier excusa es válida para mi hoy. Hoy todo lo que me salve sirve. La hare funcionar.
Ahora voy solo por una calle llena de gente, y aunque nervioso estoy, creería que no me vio. Me asombro que un plan me funcione bien. Ya no tengo -Plan B-.
Suena el celular, nada malo puede pasar ahora. Estoy muy lejos, me avergüenza huir, le había prometido jamás hacerlo, pero quizás mi distancia sea la mejor, me siento muy mal, hoy incumplí una promesa. Contesto y ya no tiemblo de miedo, ahora es el frio de una noche típica de Bogotá. Mis amigos me esperan, esta si es una grandiosa excusa. Me salve. Cuelgo satisfecho de un plan detestable y bajo, que ha funcionado muy bien. Puedo hacer algo, pero no quiero hablarle hoy. Hoy me asuste, hoy estoy desanimado. No es lo mejor decirle esto, no quiero que alejarme, prefiero huir.
Antes de tomar mi feo bus, hago una parada en el mismo viejo supermercado que pretende ser un centro comercial. Como algo, y quedo tranquilo, ahora si me iré. Mi celular suena de nuevo. Es ella.
No quiero contestarle, solo Dios lo sabe.
"-Alo?, Hola como estas?
-Oye, es que... no te vi esta noche? (tiene un tono de nervios, como cuando uno sabe todo pero quiere oírlo) está todo bien?.
-Hola, si si, eh bueno... pensé que hoy no podríamos vernos (sonrió, pero ella sabe que es mentira) debo irme rápido. Creo es mejor decirnos "hasta pronto, no?..."
Ella no me deja casi terminar, recuerdo que hace solo unas horas atrás estaba en mi hamaca sonriéndole como tonto a cada avión que pasaba por los cielos, simplemente porque hablaba con ella. Las cosas cambiaron en una tarde.
-Donde estas?, serio bueno poder hablar, podemos?
-Eh si si claro... te espero en diez minutos (por Dios que he hecho, no quiero verla, no pienso verla, pero ahí viene)
No quiero pensar. Por que he cambiado tanto?, ahora estoy expuesto. Pienso que lo mejor es prepararme, estar listo y saber que decirle, explicarle porque me alejo. Hoy le diré adiós. Hoy prefiero huir.
Por fin, mi cerebro no sirve, ya no quiere pensar. Pero ahora no es bueno esta terca actitud, ahora si huyo, debo mover los pies y tomar cualquier bus. Mi cerebro no quiere funcionar. No le ordena a mis pies que se muevan. Me molesta esto. Pero que importa, ahora ya no podre huir, mi cerebro no me hace caso y ella me da un beso en la mejilla. Ya me enamore. Ya no huiré. Mi cerebro ahora solo me deja recordar que ayer no estaba tan hermosa como hoy. Ella tenía razón cuando me dijo que se había robado mis ojos. Me doy cuenta que mi corazón palpita fuerte, que mi cerebro no quiere hacerme caso, y que mis ojos ya no están conmigo. Ahora entiendo lo que escuche alguna vez: "el mundo se inclina ante el amor".
Pero mi actitud no es de amor, es de respeto. Mi cerebro vuelve a seguir mis órdenes, aunque estas no son tan coherentes. Pienso en todo ahora, pienso que la gente se vuelve a esconder, que la concurrida avenida que hoy nos persigue está totalmente desocupada. Pienso que nadie más nos ve. Mi cerebro funciona, ahora estoy soñando. Ahora ella me despertó. Sinceramente, han pasado unos minutos, mi pedazo de reloj es mejor no mirarlo, ya sé que dirá lo mismo de siempre. Quizás no sirva, es mejor que no sirva. Es mejor que el tiempo está a nuestro favor. Ya no huiré.
Es tarde, hace frio, tengo hambre, ya no hay nadie. Según lo que veo, solo tenemos dos invitadas la noche de hoy, un par de feas luces atrás de ella, que de hecho me hacen sentir como enfermo y una barra de hierro congelada, que ahora ella usa se asiento. Ella se ve perfecta, yo sigo siendo igual.
Antes de quererla, prefiero respetarla.
Ese personaje bien escondido sale, ese cuentero que solía gritar en algún parque y diciéndole a todos que hay un Dios tan grande que espera por amor, vuelve a asomarse. Ahora soy feliz, porque primero pienso que ella es feliz. Ahora entiendo esto. Me he preocupado tanto en ella que se me olvido que debía esconderme, olvide protegerme del mundo. Ahora ella me conoce tal como soy. Ella me hace feliz. Dios se acordó de mi.
Ella sonríe, yo le hablo y la hago llorar. Ella dice que espere. Yo espero.
Con especial cariño -The Stranger-
sábado, 16 de octubre de 2010
Tic-Toc-Tic-Toc hora de huir.
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Te felicito! de veras te felicito, tienes la capacidad de, en estas lineas, reproducir momentos, imagenes, sentimientos.. Q buen escrito...
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