domingo, 17 de octubre de 2010

Hoy es 13 de Agosto.

Abro los ojos, ya han pasado varios meses, se que hoy en la noche me ganare un premio, uno muy especial.
No entiendo aun que dentro de aproximadamente 12 horas seré feliz estando con ella. Nadie se imagina que hoy la conoceré, nadie me puede alertar que hoy, aunque nervioso, seré otro sujeto, nadie absolutamente nadie me ha contado que hoy sonreiré como nunca jamás he pensado o imaginado. Para muchos hoy es un día malo, para mí en cambio, hoy será por siempre el viernes 13 de Agosto del 2010, el mismo día en que mi aburrida vida arrancara emocionadamente a sonar con ella.

Me despierto, estoy en mi cama aun, ya no es necesaria la alarma, mi cuerpo entiende que falta poco. Estoy listo y no le doy tiempo a mi vida de angustia o nervios, se que debo hacer muchas cosas hoy, por ejemplo, debo afeitarme, me veo muy mal, hoy lo hare bien, hoy tengo una cita en un lugar importantísimo. Todo está apagado en la calle, en mi casa solo se escuchan mis bostezos, mi pereza quiere ser oída. Son las 4:15 a.m suena la alarma. La canción me dice que debo estar dichoso. Así mismo me siento. Sigo escuchando la canción una y otra vez, no me canso para nada porque me cierta.

No demoro mucho en arreglarme, se que hoy pasara algo importante, hoy acabara una temporada realmente buena y curiosa en mi vida. Pero no más que eso. Ya han pasado varios días de ensayos, no he dormido bien, hoy habrá público real. Hoy ese lugar se llenara, hoy no fingiré. Camino por la calle de siempre, el frio es terrible, me quedo en la esquina en donde hace pocos días me atracaron y pretendo no asustarme con el paso de cada moto. Entonces recuerdo que todo saldrá bien. Que todo está en mi cabeza. Hoy pasara algo bueno, no sé que pueda ser, pero hoy será.

Llego a mi trabajo, todos saludan hoy, hoy no tengo mucho que hacer en mi oficina, hoy sonreiré tanto tanto, porque en la tarde exactamente a las 5 p.m debo estar entrando y debo estar preparado para responder preguntas, las cámaras a las que siempre les he hecho mala cara, hoy tienen que ser mis amigas, toda la tarde estaré con ellas. Que voy a hacer?, me pongo nervioso, pero para eso está el café dulce de la maquina, ella me proveerá gratuitamente de cafeína sin límite, además en el bolsillo de mi nueva chaqueta verde tengo muchos chocolates, el dulce despista mi miedo.

Cada persona que me mira me dice que me veo diferente. Debe ser porque hoy me bañé bien, o será porque me afeite con los ojos abiertos o quizás por tanto café dulce que he tomado. No le doy otra explicación. Son las 12 del día más raro del mes. Es viernes, es 13. Miro a mi derecha y veo a un gran amigo que se desespera porque no lograra entregar un trabajo, miro por todos los lados y veo lo mismo, la gente se angustia, la gente va caminando lentamente, habla muy despacio y empiezo a considerar dejar tanto café. Quiero estar bien en la tarde.

Mi feo celular hoy trata de ser alguien, así que no deja de funcionar en el "Bunker" (de esta manera le he llamado a mi trabajo, ya que no entra señal alguna de celulares) me llama la persona que jamás pensé tendría mi numero. Yo pretendo hacerle entender que no la conozco, y digo con vos firme: "Alo? Con quien hablo?", ella responde con voz amable y pendiente a cualquier reacción grosera mía, ella ya me conoce. Aun así, hago de esa primera llamada la más interesante, sé que no quiere colgar, eso se le nota, pero no quiero ilusionarme con la mujer de quien he estado pendiente por más de 18 meses. Es una manera de castigarme. Prefiero no imaginar nada, así que seré grosero, no quiero hacerle daño. Prefiero inventarme algo y colgar. Ella se despide. Sufro, no quiero hacerlo.

Ya casi debo salir corriendo para alistarme, mi cara está un poco peor que de costumbre, pero no hare nada. O espero no hacer nada, no creo que tendré tiempo. Salgo de un día cargado de cafés oscuros y dulces como ellos solos. No me quejo, son gratis. Hoy debo estar dopado, no quiero fingir.

Llega la tarde, mi hermana decide estar conmigo, empiezo a temblar, necesito chocolates, necesito ánimo, no quiero ir. Me arrepiento de este viernes. Hoy no quiero que suceda nada más que lo que suele ocurrirme un día común y corriente. Hoy no estoy preparado. Pero de nuevo mi feo celular grita, pero entiendo que esta llamada empieza a ser diferente, es ella de nuevo. Dice que me quiere acompañar a almorzar, dice también que la espere, dice que quiere ayudarme con el miedo. Creo que me empieza a conocer realmente, sabe que tengo miedo y eso no la asusta. Me gusta eso. Me fascina eso.

Esta misma tarde me tomare la mas deliciosa malteada, y aunque congelada como el ártico, me supo a muchos colores. Esta noche todos aplaudieron, todos gritaron, nosotros simplemente sonreímos. Ahora empezábamos a conocernos. Ella me mira, recibo unos cuantos regalos en forma de rosa, chocolatina y un beso. La forma que tienen no me importa, lo que me cambia es lo que me dice.

Esta noche del 13 de Agosto está terminando.

Ella no ha dicho nada, yo no he escuchado su voz, pero nos hemos dicho todo. La empiezo a querer. La empiezo a sonar.

Regreso a mi casa, hoy recibí mi premio, cierro los ojos. Espero verla esta noche. Mi feo celular deja de servir. Hoy es sábado, un día después del viernes que me hizo temblar de emoción.


Con especial cariño -The Stranger-

No hay comentarios:

Publicar un comentario