lunes, 29 de noviembre de 2010

POR QUE OLVIDAR UN DIA COMO ESTE?


Diría que son la cuatro de la mañana, es domingo ya y creo que para el bien de este viaje, tendré que dormir hasta las cinco para no sufrir en este viaje. Es raro aceptar que estoy muy ansioso por una salida como la de hoy, pero aun más raro que no tengo expectativas, no las tengo para no caer en el típico error de esperar mucho y no hacer nada. En fin, cierro de nuevo los ojos, respiro profundo, giro dos veces en mi inmensa y cómoda cama. No logro dormir.

Trato de pensar en algunas pendejadas con la simple finalidad de aburrirme y quedar dormido pero no sirve, abro un ojo, el derecho, y no veo mucho, en vez de tratar de ver lo que no se puede ver, cierro los ojos que ya no quieren dormir y abro los oídos. La calle no suena a nada, por el cielo no pasa ni un pájaro aburrido, no hay nada que quiera ser oído. Estoy en problemas. Si dos de mis sentidos más usados no reciben información que hare…?, pondré entonces en marcha el plan de emergencia, la imaginación.

Suelo imaginar cosas que pasan a toda velocidad por mi cabeza, estas son imágenes vírgenes y bastante amables, estas ideas se dejan manejar y organizar, estas ideas son genuinas. Luego las hago pasar por donde se hacen más interesantes, por colores, por tonalidades y por sabores (algunas veces, y no solo pueden poseer sabores, sino también olores). Esta madrugada al ver que se detuvo la comarca más ruidosa de este país, y que ni mi cuarto deja ver algo, decido hacer caso a lo que dice un pequeño aviso en el cuarto de mi hermana que dice: “dedícale una hora mínimo al día a tus sueños, así no duermas”. Ya no duermo mas, ahora estoy soñando.

Unas dos o tres historias salen en pocos minutos, no sé qué hora es, hace frio afuera, lo sé por el vidrio de mi ventana, afuera sé que hay aproximadamente unos catorce arboles de unos diez o doce metros cada uno, también un parque decente y dos particulares celadores en cada esquina, esperando su momento para tomar un buen vaso de café con leche, tomar la bicicleta y usar su fastidioso y ruidoso pito, instrumento que es bastante pretencioso ya que con este se trata de espantar a cuanto ratero anda por ahí merodeando.

No pasa mucho tiempo después cuando mis ideas se hacen realidad, y pasa esto es porque ya me dormí. Si ya estoy seguramente roncando o algo así, pero lo importante es que ya lo que desee lo tengo por unos contados minutos, ya no quiero que sean las cinco de la mañana, quiero quedarme disfrutando de mis ideas. Ahora, algo particular me pasa muy frecuentemente y es que nada me afecta mientras duermo, nada puede detener el curso de mis historias de cada noche, y esto ocurre porque duermo en un lugar alejado del ruido, pero cuando algo suena por más suave que sea lo llevo a mis sueños y le doy alguna clase de trabajo. Algún uso le hallare.

Hoy está ocurriendo esto mismo, y lo más curioso de esta historia es que realmente soy consciente que ya estoy dormido y estoy soñando, pero también se que hay algo que no es mío y que puede estar pasando en la realidad. Este es un sonido cíclico es algo así como un “tin tun tun turu ru, tin tun tun turu ru” no suena mal, en serio, pero sonaría mejor en otro momento. En fin, algún uso le tendré que dar (algo que debo dejar claro, muy claro, es que mis sueños son lineales, no existe, o no es nada común, los “flash forwards” o “flash backs” nada de esto ocurre con facilidad). Termino mi ronda imaginativa de una noche que congela a quien se le atraviese, obviamente mis ideas no le temen al frio ni nada por el estilo, solo le temen al NO cansancio.

Esta amaneciendo y esto no es bueno, se supone que tengo una cita con una “tracalada” de gente en un bomba de gasolina, se supone que debo recoger a varios amigos y bueno, es momento de empezar el día con una gran *charla. El frio no es tan impresionante como la neblina, pero dentro del carro solo hay buena música, historias, amigos y mucha velocidad.

Todo va bien, lo esperado es que algunos no llegaran a tiempo y eso está ocurriendo, normal, algunos no sonríen y siguen durmiendo, normal, el celular timbra muchas veces y al contestar alguien del otro lado dice: “por fa, me esperan?” normal, respondo: “pero como así, ya estamos saliendo” normal, todo está bastante normal. Llega la gente que debe llegar, los carros se organizan para salir a toda velocidad, pero antes sucede lo que más me inquietaba, como íbamos a hablar con el dueño de todo esto?, tenía este plan muy claro en mi cabeza dormida aun, pero este tema me estaba rondando desde unos días atrás, la verdad la manera como lo haría me tenia pensativo pero nada preocupado. Algo habría de suceder, y eso si que me agrada. Me fascinan las sorpresas, y esta prometía ser una grande. Simplemente ha llegado el momento y seré lo mas visual que permitan las palabras, para que quien quiera que sea usted logre no preocuparse pero si mantenerse pensativo, y a la espera de una sorpresa como la les contare.

*Tengo una camisa “tropical”, un jean oscuro y unas medias cortas, se que hace frio pero no me importa. Estoy quieto mirando a cada persona que ha venido, lo hago para saber con quién viajare, la gente ya llego, algunos están congelados, otros aun en camiseta no se mueren de frio, todos somos distintos, y si que lo somos. Suenan carcajadas, se ven sonrisas, caras largas, amigos temblando, bostezos, y ahí estoy yo, esperando aquella oración. Alguien grita: Bueno señores, y ahora… podremos irnos?. Sabía que este día no empezaba cuando el sol saliera, el no era importante hoy, no empezaba cuando abriera los ojos, yo no era importante, mucho menos cuando encendiéramos los carros o cuando cada “sujetico” gritara al momento de caer por el puente, no, el día no empezaba por ahí, era tan simple como decirles que el día empezara solo cuando mi señor descendiera y subiera a cada carro. Ahí, oficialmente arrancaba todo.

No tome aire, no necesitaba de el, solo me relaje y pensé que las palabras que tenía que utilizar deben ser las precisas para honrar a mi amo. Y así fue. No recuerdo cada palabra de esa mañana de domingo, pero frases como “Proveedor de aventura” no se podrán ir de mí jamás de mi cabeza. El amo del universo se subió a mi carro. El viajo con todos nosotros. Acaso puede haber algo más grande que esto?. Considero que no.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Asado asadito. Echado en el piso.

Huelo a humo. No puedo respirar ya... realmente el culumpio me pisa fuerte. El dia se acabo.